El cambio climático está en todas las agendas, nacionales e internacionales, y por supuesto en la vida cotidiana de la gente. Dejó de ser una especulación o amenaza, para convertirse en una realidad que afecta a millones de personas en el mundo, pero impacta principalmente a las mujeres en los países del Sur.
La injusticia climática, que es la desigual distribución de los impactos del cambio climático, tiene un enorme componente de género. Ante esta realidad, los gobiernos no están tomando medidas suficientes, las Naciones Unidas tampoco dan soluciones verdaderas, más bien, son los pueblos, y en particular las mujeres las que están dando pasos gigantescos, los que debemos reconocer y premiar.