En el siguiente ensayo, escrito en exclusiva para el sitio electrónico DW-WORLD.DE, Ulrich Beck expone puntualmente su postura sobre el resonado cambio climático. El autor de La Europa cosmopolita: Sociedad y política en la segunda modernidad sostiene que la Unión Europea puede asumir el liderazgo mundial en la lucha contra el calentamiento global promoviendo un cambio de paradigma incluyente en la política mundial y traducirla en acción colectiva.
En la actualidad Ulrich Beck es profesor de sociología en distintas instituciones educativas como la Ludwig Maximilian University en Munich y el London School of Economics and Political Science. También labora como investigador en The 536 "Reflexive Modernization" Research Centre.
El cambio climático es una oportunidad para trabajar juntos
El cambio climático es un problema que las generaciones más jóvenes (sobre todo en Europa) deben tomar muy en serio, tanto personal como políticamente. Aunque el cambio climático representa un terrible peligro para la humanidad, también ofrece una maravillosa oportunidad de convertir la política en acción colectiva.
La Unión Europea merece elogios por sus esfuerzos contra el cambio climático. Puede asumir una función de liderazgo mundial y tiene la posibilidad de lograr un cambio de paradigma en la política mundial.
Pero la situación también suscita grandes expectativas. El mundo está esperando progreso de Europa en el proyecto cosmopolita y pruebas de que es posible reducir las emisiones de dióxido de carbono sin la reducción de prestaciones sociales o crecimiento económico.
Realpolitik cosmopolita
Por primera vez en la historia, cada población, cada cultura, cada grupo étnico y todas las religiones en el mundo están viviendo un futuro común que nos amenaza. En otras palabras, si queremos sobrevivir, tenemos que incorporar a quienes han quedado excluidos hasta ahora. Los paises pobres sufren la mayoría de los cambios climáticos, pero, por otra parte, contribuyen menos a las posibles catástrofes climáticas.
Necesariamente la política del cambio climático es incluyente y mundial, es, como quisiera llamarla, la realpolitik cosmopolita.
El cambio climático obliga a darnos cuenta de que, si queremos mantener efectivamente la igualdad y equidad, debemos tener en cuenta la opinión de "los otros", es decir, de los países más pobres, así como la nuestra propia. Por un lado, ellos sufren la mayoría de los cambios climáticos, pero, por otra parte, contribuyen menos a las posibles catástrofes climáticas.
Europa y la sociedad del riesgo
Por esta razón, Europa debe dejar claro que el problema de la desigualdad tiene que abordarse de manera más general, y no sólo en términos de estrechas figuras engañosas como el PNB o el ingreso per cápita.
Europa también tiene que concentrarse en la fatal atracción entre la pobreza, la vulnerabilidad social, la corrupción, la humillación, la acumulación de peligro y la pérdida de dignidad, todos los factores que aumentan divisorias sociales, influencian actitudes y comportamientos y que están llegando a ser más significativos en la sociedad del riesgo mundial.
Sólo en la medida de que se incorpore a las personas afectadas en nuestra toma de decisiones vamos a estar en condiciones de proteger efectivamente a nosotros mismos de las consecuencias del cambio climático.
En este sentido, el problema del calentamiento global podría cambiar el paradigma político central aunque el cosmopolitanismo se convierte en realpolitik y el nacionalismo o política nacional se transforma en idealismo retrógrado.
Más que cualquier otro problema mundial, el cambio climático legitima la búsqueda para un sistema basado en reglas de política internacional y ofrece la oportunidad de encontrar la manera de garantizar seguridad y materias públicas globales.
Debemos entender que los riesgos previstos por el miedo, como el cambio climático o las catástrofes financieras, son globales y que necesitamos un sistema cosmopolita de supervisión y participación para superar estos problemas.
Modelo y la misión para la próxima generación
Europa tiene la oportunidad de desarrollar un paradigma que muestre cómo abordar el cambio climático y otros peligros globales a través de la cooperación multinacional que enriquezca la identidad nacional y soberanía por encima de la realpolitik cosmopolita.
De esta manera, Europa, como un modelo y una misión, podría desarrollar un fuerte sentido de motivación, especialmente en la generación más joven, y al mismo tiempo mostrar a las naciones no europeas la fascinante oportunidad de una nuevo iluminismo en la hoy en día silenciosa sociedad mundial.
Fuente: Ulrich Beck
Traducción Christian Hdez Pérez
sociologiac.net (cc)
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