(por Mićo Tatalović, vía SciDev.Net)
Una investigación más matizada sobre el crecimiento poblacional, así como la consolidación del conocimiento existente, son necesarias para proporcionar una comprensión más clara del impacto de la demografía sobre el desarrollo sostenible, señalan en una conferencia.
Para que esto ocurra, hay tres prioridades clave, según Lori M. Hunter, profesora asociada de sociología en la Universidad de Colorado, Estados Unidos. Hablando en el Foro de Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo Sostenible que se realiza en Brasil (del 11 al 15 de junio), Hunter explicó que las prioridades son: más fondos para la investigación; un proyecto que reúna a las distintas investigaciones, y capacitación a los científicos para que puedan comunicar conocimientos e influir en las políticas.
“[Necesitamos] alejarnos del miedo de los siete mil millones”, dijo a SciDev.Net en referencia a la actual población mundial. “Si realmente... queremos reducir esa presión demográfica, tenemos que pensar ‘por qué’, ‘dónde’ y ‘cuándo’”, agregó.
“El tema de los asuntos demográficos se desenvuelve de manera diferenciada a escalas locales”, añadió.
Por ejemplo, la escasez de tipo ambiental, como la falta de tierras agrícolas de propiedad privada tiene efectos divergentes en las tasas de fertilidad según las áreas, impulsándolas en Nepal pero disminuyéndolas en Kenia, afirmó.
Y si bien se ha hecho una gran cantidad de investigación relacionada con las ciencias sociales, está subutilizada, sentenció Hunter.
Además, todavía siguen apareciendo resultados sorprendentes que desafían las suposiciones que generalmente alimentan los relatos de los medios de comunicación y afectan las opiniones del público y los políticos sobre ciertos temas.
Por ejemplo, en relación con la migración humana, un artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences en abril encontró que los desastres naturales en Bangladesh causaron migraciones más pequeñas y más cortas de lo que se había pensado.
“Conocemos bastante sobre los factores ambientales que conforman la migración. Antes de salir corriendo a hacer una nueva investigación, tendría más sentido reunir lo que ya sabemos y hacer preguntas realmente informadas”, subrayó Hunter.
También dijo que programas de investigación como Tierra del Futuro —un programa emblemático de investigación global del Consejo Internacional de Ciencia (ICSU por sus siglas en inglés), anunciado durante la conferencia El Planeta bajo Presión en Londres este año (26-29 de marzo) y que será oficialmente lanzado esta semana— debe garantizar la realización de un inventario sobre el conocimiento existente antes de embarcarse en una nueva y costosa investigación.
Ha habido una “tendencia al alza bastante consistente” en los resultados de la investigación sobre la dinámica demográfica en la pasada década, dijo durante la reunión Susana B. Adamo, investigadora científica asociada del Centro de la Red Internacional de Información de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Columbia, Estados Unidos.
Fuente: SciDev.Net (cc) - Fotografía de stock.xchng (free)
Versión en inglés:
More nuanced research into population growth, and the consolidation of existing knowledge, is needed to provide a clearer understanding of the impact of demographics on sustainable development, a conference has heard.
To make this happen, there are three key priorities, according to Lori M. Hunter, associate professor of sociology at the University of Colorado, United States.
These, she told the Forum on Science, Technology and Innovation for Sustainable Development underway in Brazil (11–15 June), are: more research funding; a project that would bring disparate research undertakings together; and training for scientists so that they can communicate knowledge and affect policy.
"[We need to] get away from the scary seven billion," Hunter told SciDev.Net, referring to the world's current population. "If you really … want to reduce that population pressure, we need to think about 'why' and 'where' and 'what'."
"The issue of demographics matters, and plays out differently at local scales."
For example, environmental scarcity, such as a lack of privately owned farmland, has divergent effects on fertility rates in different areas — boosting rates in Nepal, while decreasing them in Kenya, she said. And while a great deal of related social science research has been done, it is underutilised, Hunter said.
In addition, surprising findings are still emerging to challenge commonly held assumptions that feed media narratives on certain issues and affect public and policy opinions.
For example, in relation to human migration, a paper published in Proceedings of the National Academy of Sciences in April found that natural disasters in Bangladesh caused smaller and shorter migrations than had been widely assumed.
"We know a lot about the way environmental factors shape migration. Before rushing out to do new research, it would make sense to pull together what we already know and ask really informed questions," Hunter said.
She said big research programmes such as Future Earth — an International Council for Science (ICSU) flagship global research programme, announced at the Planet Under Pressure conference in London this year (26–29 March), and to be officially launched this week — should ensure they take stock of existing knowledge before embarking on expensive new research.
There has been a "quite consistent upward trend" in research output on population dynamics over the past decade, the meeting heard from Susana B. Adamo, associate research scientist at the Center for International Earth Science Information Network, Columbia University, United States.
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