Para la mayor parte de la gente las palabras Pico de Petróleo significan más bien poco. Precisar algo más y explicar que se trata de un momento a partir del cual la producción global de petróleo se estancará –no podrá aumentar- tampoco ayuda a aclarar la idea.

 

En primer lugar la gente tiende a considerar el petróleo y también otras fuentes de energía primaria, como una mercancía más, es decir, como algo que se compra y se vende y cuya abundancia o escasez depende únicamente de las condiciones de mercado y en última instancia, del dinero que se esté dispuesto a pagar por ello.

 

En segundo lugar porque el lenguaje oficial tiende a hacernos creer que el petróleo, como fuente de energía, es sustituible por otras fuentes como la energía nuclear o las llamadas energías renovables, basadas en la utilización directa de la luz del Sol o, en el peor de los casos, por una fuente aún no descubierta pero que, naturalmente, aparecerá tan pronto como sea necesaria.

 

Esto en el supuesto de que la gente esté preocupada por cuestiones energéticas, que no es algo aún demasiado extendido, a pesar de algunos acontecimientos recientes. El terremoto y posterior tsunami japonés y las revueltas en los países árabes en principio no tenían que ver con la energía pero han derivado en graves problemas precisamente en ese campo. La destrucción o puesta fuera de servicio de varias centrales nucleares japonesas y la consiguiente impopularidad de la energía nuclear así como la interrupción de la extracción de petróleo a causa de la guerra civil libia ha elevado la presión sobre el suministro de crudo y ha llevado los precios a niveles desconocidos desde la crisis del 2008. La posibilidad una nueva recesión económica es una realidad y las consecuencias podrían comprometer un crecimiento que, casi por definición, necesita una aportación creciente de energía.

 

Con los datos que van apareciendo y la experiencia acumulada, ignorar la posibilidad de una crisis energética severa, producida por una súbita y persistente reducción en la disponibilidad de combustibles líquidos procedentes del petróleo, es una irresponsabilidad equivalente a lo que para una empresa cualquiera sería ignorar y no prever los posibles riesgos que pueden afectar a su negocio o para una familia vivir completamente al día, sin considerar la posibilidad de una brusca caída de ingresos.

 

Este congreso pretende, con la ayuda de algunos de los más reconocidos especialistas en la materia, contribuir al conocimiento del riesgo inherente a una política energética equivocada y participar en la búsqueda de soluciones alternativas a nuestro, probablemente insostenible, modo de vida.

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