(por Andreu Escrivà, vía eldiario.es) El calentamiento global, cuyos efectos se prevén catastróficos si no hacemos nada al respecto, está provocado fundamentalmente por la emisión humana de GEI, como el dióxido de carbono (CO2) o el metano (CH4). A mayor concentración de éstos, mayor capacidad la atmosfera para retener el calor. Sin embargo, no todas las emisiones de CO2 van a parar a la atmosfera: cierta cantidad es atrapada por el océano, mientras que otra pasa a formar parte de plantas, suelos o animales. Es aquí donde entran las zonas húmedas, dado que bien gestionadas pueden absorber grandes cantidades del carbono que emitimos y, por lo tanto, evitar que contribuyan al calentamiento.