Ya existen evidencias que comprueban el calentamiento global. El cambio climático es "inequívoco" y lo demuestran las observaciones científicas de aumento de la temperatura del aire y del océano, de la fusión generalizada de nieves y hielos y del incremento del promedio mundial del nivel del mar, de acuerdo al informe de síntesis del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la ONU, cuyos científicos ganaron el premio Nobel de la Paz en 2007.
Se cree que para que el planeta recupere las temperaturas normales pasarán al menos mil años. Las alteraciones atmosféricas causadas por las emisiones de dióxido de carbono son irreversibles, aseguró un estudio difundido hoy por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Según la investigadora Susan Solomon, la eliminación de ese gas contaminante de la atmósfera de forma inmediata no ayudaría a remediar la actual situación. Para que el planeta recupere las temperaturas normales pasarán al menos mil años, pues estas se mantendrán durante mucho tiempo en los mares, señaló Solomon en su estudio. Añadió que es falsa la presunción de que el cambio climático plantea riesgos menores y que los cambios podrían revertirse en unas pocas décadas. "Los cambios climáticos son irreversibles, debido a que las emisiones de dióxido de carbono ya están ocurriendo", señaló Solomon, científica del Laboratorio de Investigaciones de la Tierra en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Los cambios se centran principalmente en el aumento de las temperaturas, pero también en las modificaciones de las lluvias en la zona del Mediterráneo, el sur de África y la región suroccidental de Norteamérica. El clima más cálido también ha causado una expansión oceánica, la cual podría aumentar como resultado del deshielo acelerado en Groenlandia y en la Antártida, según los meteorólogos.
El calentamiento global es causado por el aumento de los gases invernadero en la atmósfera que acumulan el calor procedente de la radiación solar. Uno de los gases más importantes de ese efecto invernadero es el dióxido de carbono (CO2) producido por las emisiones de los motores que funcionan alimentados por combustibles no renovables como el petróleo.
La investigadora ofreció posteriormente una conferencia de prensa telefónica en la que aseguró que es preciso tomar medidas de inmediato para impedir que los daños sean todavía peores. "La gente ha pensado que si dejamos de emitir dióxido de carbono, el clima volverá a la normalidad en 100 años o 200 años. Eso no es verdad", afirmó.
El cambio climático es "inequívoco" y lo demuestran las observaciones científicas de aumento de la temperatura del aire y del océano, de la fusión generalizada de nieves y hielos y del incremento del promedio mundial del nivel del mar, de acuerdo al informe de síntesis del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la ONU, cuyos científicos ganaron el premio Nobel de la Paz en 2007.
Además, el calentamiento está provocado por el hombre, y sobre todo por el modelo de desarrollo del último siglo, muy dependiente de combustibles fósiles. Los datos científicos lo demuestran: las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero por efecto de actividades humanas han aumentado, desde la era preindustrial, un 70% entre 1970 y 2004, según el IPCC.
Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 2005 excedían ya los valores de los últimos 650.000 años. Los escépticos que organizan el simposio de marzo aseguran que "nuevas evidencias muestran que el dióxido de carbono no es un gas de efecto invernadero muy poderoso", pero los expertos del IPCC han probado que el CO2 es el gas de efecto invernadero de origen antropogénico más importante, y sus emisiones aumentaron un 80% entre 1970 y 2004.
Son evidentes los numerosos efectos del cambio climático en todos los continentes. Once de los doce años de 1995 a 2006 han sido los más cálidos de los registros de temperaturas observadas, desde 1850, y este aumento "está distribuido por todo el planeta y es mayor en latitudes septentrionales altas", afirman los más de 2.400 expertos del IPCC.
Las temperaturas del hemisferio norte durante la segunda mitad del siglo XX fueron las más altas de los últimos 1.300 años. Las cifras hablan por sí solas: el nivel del mar ha aumentado 3,1 milímetros anuales entre 1993 y 2003, los hielos marinos árticos han disminuido en un 2,7% por decenio y los glaciares de montaña y la cubierta de nieve ha descendido en un 7% en el hemisferio norte desde 1900.
Las corrientes atmosféricas cambian y la temporada de ciclones tropicales y huracanes en el hemisferio norte ha aumentado desde 1970, según los datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En España las borrascas no han entrado este invierno por el Atlántico, sino que llegan a través de frentes procedentes del centro de Europa y de Siberia, otra anormalidad relacionada con el cambio climático.
Algunas pruebas sobre el cambio climático:
Los sistemas naturales de nieve, hielo y terreno congelado, incluido el permafrost, ya muestran alteraciones, como por ejemplo un aumento del número y la extensión de lagos glaciares y más avalanchas de rocas en regiones montañosas por la pérdida de glaciares.
Las más de 29.000 series de datos obtenidos de 75 estudios recogidos por los científicos de la ONU muestran que ha aumentado la escorrentía de los ríos, se han adelantado las fechas de caudal máximo primaveral en numerosos ríos alimentados por glaciares y por nieve y se han calentado ríos y lagos de muchas regiones.
La tendencia es que cada vez haya una menor disponibilidad del agua y aumenten las sequías en latitudes medias, y que haya más personas expuestas a un mayor estrés hídrico. Como ha publicado esta semana ‘Nature’, la Antártida también ha registrado un aumento de temperaturas.
Además, los cambios en los sistemas árticos y antárticos provoca la llegada de nuevos depredadores. Ecosistemas Entre los efectos ya palpables del cambio climático en las especies, los científicos del IPCC destacan el adelanto de los procesos primaverales, como el brote temprano de hojas; la alteración en las migraciones de aves o la puesta de huevos; y el desplazamiento de especies vegetales y animales hacia niveles altos del ámbito geográfico.
En los océanos los impactos del calentamiento antropogénico también se perciben, como por ejemplo en el desplazamiento y variación de la abundancia de algas, plancton y peces en latitudes altas; y adelantamiento en las migraciones de peces. Los arrecifes de coral son otro de los ecosistemas afectados por el calentamiento, y su situación se agrava con la sobreexplotación pesquera y la contaminación.
El IPCC apunta a que el 30% de las especies aumentará su riesgo de extinción si la temperatura se incrementa un grado centígrado, que la mayoría de los corales se decolorarán y morirán y que el riesgo de incendios incontrolados asciende.
Al igual que los ecosistemas naturales, los cultivos también experimentan alteraciones por el calentamiento. Así, las plantaciones de semillas tienen que realizarse antes y hay daños en zonas forestales por incendios y plagas en el hemisferio norte, según los expertos de la ONU.
El aumento de las temperaturas provoca una disminución de la disponibilidad de recursos hídricos, mayor sequedad en los suelos y por lo tanto mayor demanda de agua para el riego. En esta línea, los científicos del IPCC advierten de la tendencia a una bajada en la productividad de cereales en latitudes bajas.
Los recursos pesqueros también sufren el impacto del cambio climático por alteraciones de las rutas migratorias, lo que afecta a su disponibilidad de alimentos y por lo tanto a su reproducción. El aumento del termómetro del océano afecta a la supervivencia de numerosas especies, incluidas a las pesqueras, y su situación se agrava con la contaminación marina por vertidos y la sobreexplotación. Costas Los daños en el litoral por el aumento del nivel del mar son ya tangibles en países como Tuvalu, que empieza a contar con los primeros refugiados ambientales.
Además los datos muestran la desaparición de ecosistemas costeros, la pérdida de humedales y de manglares, un creciente deterioro del litoral por inundaciones y la intrusión de la cuña salina en deltas.
Uno de los impactos más destructivos es la llegada de ciclones y huracanes a las costas. En EEUU llegaron en 2008 por primera vez en la historia seis ciclones tropicales de forma consecutiva, y también por primera vez, tres huracanes de gran intensidad llegaron a Cuba, según los datos de la Organización Meteorológica Mundial. Además, el año pasado en EEUU fue uno de los diez primeros por el número de víctimas mortales, 123 en total, causadas por tornados desde que empezaron a efectuarse registros fiables en 1953; y de enero a agosto de 2008 se contabilizaron 1.489 tornados, lo que supone un récord con respecto a todas las cifras registradas desde 1953. Salud Muchas de las enfermedades más mortíferas son sensibles a los cambios climatológicos.
Las temperaturas cambiantes pueden modificar las áreas de distribución de los vectores biológicos causantes de la transmisión de las enfermedades. Algunas de las repercusiones sanitarias del cambio climático ya son manifiestas: aumento del número de muertos por olas de calor, variaciones de la incidencia de enfermedades transmitidas por vectores y alteraciones de la distribución de los desastres naturales.
Estas repercusiones afectarán de forma desproporcionada a las poblaciones vulnerables, tales como los niños pequeños, los ancianos, los enfermos, los pobres y las poblaciones aisladas.
Fuente: cibarlata.blogspot.com (cc)
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