A pocos días de haberse promulgado la encíclica “Laudato si”, del Papa Francisco, resulta interesante echar un vistazo general a la repercusión que ha tenido su publicación en los medios de prensa seculares de América Latina. Evidentemente es imposible abarcarlos a todos, pero se puede tener una idea general revisando al menos a algunos de los más importantes.
No cabe duda que la Encíclica ha causado reacciones importantes, con titulares impresionantes en la mayoría de diarios o periódicos, tanto impresos como en Internet. La expectativa era muy alta, y ello se refleja en los titulares y en los espacios dedicados a la Encíclica. El diario “El País” de Uruguay, por ejemplo, anunció la publicación de la Encíclica con la frase “el Papa pide responsabilidad por el planeta, que se está destrozando”, o “El Mercurio” de Chile: “Encíclica papal sobre medio ambiente hace un urgente llamado a salvar el planeta”. El diario “La Nación” de Argentina y “El Nacional” de Caracas, hablan de la “valiente revolución cultural” del Papa y de su llamada urgente a un cambio de mentalidad con la finalidad de proteger el hábitat del ser humano. Pero estos son solo algunos pocos ejemplos.
Hay que advertir, sin embargo, una carencia bastante notable en varios de estos medios en relación con las noticias o artículos sobre la Encíclica, y es que en buena cuenta todo parece reducirse a cuestiones de orden ecológico-ambiental, y a temas como la responsabilidad humana en el llamado “calentamiento global” y la producción de gases contaminantes por la industria, o la mentalidad mercantilista o economicista que privilegia el provecho de grupos de interés por encima el cuidado sobre el hábitat, lo que a su vez afecta de manera más aguda a los menos favorecidos del mundo; todas cuestiones sumamente importantes que son abordadas con extremo cuidado por el documento papal. Pero con frecuencia se obvian casi completamente las otras tres cuartas partes del documento, en las que aparece la verdadera propuesta de la Encíclica, que está lejos de ser una simple crítica a la falta de respeto por el hábitat del hombre –ha sido ya apodada por algunos medios como la “encíclica verde”–, y que consiste en lo que el Papa llama una “ecología integral” basada en la visión cristiana del ser humano y de la creación, además de las interesantes “líneas de orientación y de acción” y la propuesta apelante a una “educación y espiritualidad” auténticamente ecológicas.
No deja de ser interesante, de todos modos, constatar el alto y positivo nivel de acogida que ha tenido el documento en los medios de comunicación. El diario “Clarín” de Argentina, en la edición del último domingo, da a la publicación de “Laudato sì” un excelente “tiempismo” en el campo social o político, por la conveniencia de su publicación en tiempos en que el G7 se reúne para hablar de la eliminación de los combustibles fósiles para antes del término de este siglo, o en que la Agencia Internacional de Energía advierte sobre el alza en al menos 2 grados de la temperatura global a pesar e la promesa de los países de reducir la emisión de gases de efecto invernadero. El diario atribuye a Francisco “convicciones muy profundas” sobre los problemas ambientales que aquejan a la humanidad, la que provendrían de su propia experiencia en Argentina. La sección lleva un nombre llamativo: “la historia secreta: cómo se gestó la encíclica ambiental del Papa” y, efectivamente, citando como fuente al Obispo Víctor Manuel Fernández, explica que para la elaboración del documento el Santo Padre se sirvió de “un vendaval de aportes y propuestas de gente de todo el mundo: científicos, activistas, filósofos, empresarios, políticos”, que llegaron a ser más de doscientas. “La Nación”, por su parte, en un pequeño artículo escrito por Elisabetta Piqué, resume con buen criterio el “esperadísimo documento” de Francisco en algunas ideas importantes, como que “la crisis ecológica es una manifestación externa de la crisis ética, cultural y espiritual de la modernidad”.
El editorial del 18 de junio, del colombiano “El Tiempo”, con el título “Francisco vuelve y juega”, plantea que “el pontífice ubica en la política, y sobre todo en la economía, las causas del calentamiento global”, lo que resulta un poco reductivo si se tiene en cuenta el contenido integral del documento. Señala además “lo ambiental” como el tema central de la Encíclica, cuando en el fondo es más una “ecología integral” que tiene como centro al ser humano y su relación con el orden creado. Pero desde otro punto de vista el artículo sí hace justicia a la crítica fuerte del Papa –en cuanto “declaración de principios”– sobre todo a grupos políticos y de poder, por el uso indiscriminado de recursos que afectan principalmente a los menos favorecidos del planeta, y señala, finalmente, la visión claramente cristiana de los planteamientos.
Un articulista del diario “El Comercio”, de Ecuador, Lolo Echevarría, escribió el sábado 20 de junio un pequeño comentario a la Encíclica, en la que Francisco nos recuerda –según dice– “que la degradación ambiental no está separada de la degradación humana y social”. Pero se abstiene de hacer un juicio de valor sobre el contenido del documento o de señalar una “línea” precisa. Sugiere más bien, en cierto modo, que el documento responde de distintas maneras a distintas visiones, y que tanto el partidario de la “revolución ciudadana” a favor de la ecología, como el empresario favorable al uso de los recursos, pueden sentirse identificados con las diferentes perspectivas de la Encíclica; lo cual es interesante si se entiende que Francisco no pretende irse a un lado o al otro, sino que el planteamiento tiene como centro al desarrollo integral del ser humano en su recta relación con el mundo creado, independientemente de cualquier ideología o corriente de pensamiento.
Erika Lüters Gamboa, de El Mercurio” de Chile, señaló el 19 de junio que “la encíclica papal sobre el medio ambiente hace un urgente llamado a salvar el planeta”, y considera el documento como un “reclamo a la humanidad en general, sin importar credo religioso”, “para que exijan de sus líderes acciones rápidas para salvar el planeta”. Según la periodista, el Pontífice “acusa del deterioro del medio ambiente al consumismo y al sistema económico y financiero que ahoga a los pobres”. Luego de hacer un resumen de los puntos de la Encíclica relativos al deterioro del medio ambiente, cita como fuente a Austen Evereigh, uno de los más leídos biógrafos del Papa, quien declaró al Mercurio que “la encíclica abre un nuevo capítulo en el diálogo entre la Iglesia y la ciencia. El Papa se formó en la escuela secundaria en química de los alimentos. Yo no diría que esto se relaciona con su interés por el medio ambiente, pero le ha dado una familiaridad natural con la ciencia y el método científico. El Papa habla con autoridad religiosa, pero es respetuoso de la ciencia”.
“El Comercio”, de Perú, en un extenso comentario recuerda que lo que propone Francisco, ante todo, “es un nuevo modelo de desarrollo, basado en la sobriedad y en la solidaridad, y analiza a lo largo de varios capítulos las razones del deterioro del planeta y de cómo las estructuras de poder lo han ocasionado”. Presentado tan sólo seis meses antes de la cumbre de Naciones Unidas sobre el calentamiento global climático, prevista en París en diciembre, el diario limeño prevé que “el documento influirá en la comunidad internacional” y tendrá un fuerte impacto.
“El Diario”, por su parte, órgano informativo boliviano, en una noticia del 20 de junio da cuenta de cómo gobiernos y distintas organizaciones de América han dado la bienvenida a la encíclica “Laudato si” y han reconocido su responsabilidad como Estado y sociedad. “Bergoglio –se señala– pide que los países desarrollados ayuden a los países más necesitados y apoyen políticas y programas de desarrollo sostenible”.
El diario “El Universal”, de México, presenta un resumen con extractos tomados de la Encíclica, de temas como el cambio climático y sus causas, el consumo, el desarrollo sustentable y la disparidad en la riqueza, el uso de combustibles fósiles, lo que el Papa llama la “miopía política” y la “inercia burocrática”, sobre las fuerzas del mercado y el engaño de los bonos de carbono, la relación entre bancos, medio ambiente y producción, los efectos de la minería en el medio ambiente y en las poblaciones locales, y sobre la presión de las empresas y el uso de boicots.
En el ámbito centroamericano, por otra parte, los principales diarios como “Hoy” de República Dominicana, “El Diario de Hoy” de El Salvador, “La Hora” y “Prensa Libre” de Guatemala, “La Prensa” de Honduras, “El Nuevo Diario” y “La Prensa”, de Nicaragua, “La Nación” de Costa Rica y muchos otros, no han dejado de presentar la noticia con gran entusiasmo en los últimos días.
Fuente: Americalatina.va - Pontificia Comisión para América Latina
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