Las TIC y el cambio climático: un apoyo desde el lado de la demanda

No cabe duda de que uno de los problemas más relevantes a los que se enfrenta actualmente la sociedad es el cambio climático. Bajo este escenario es necesario reducir la emisión de los gases de efecto invernadero sin penalizar el desarrollo económico, es decir, potenciando al mismo tiempo el desarrollo sostenible.

Hasta ahora, las políticas y líneas de acción que se han llevado a cabo en este sentido han estado centradas en la oferta, es decir, en mejorar la eficiencia energética, presuponiendo una demanda creciente de la energía. Sin embargo, desde el lado de la demanda el trabajo está todavía por hacer. Se trata de plantear el problema de otro modo: ¿puedo hacer que la demanda de la energía no se incremente de manera indefinida?.

Y en este segundo enfoque la sociedad tiene en las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) un catalizador muy relevante para conseguir esta reducción.

La Unión Europea afirma que al menos es necesaria la reducción de entre el 15 y el 30% de aquí a 2012 de emisión de gases de efecto invernadero para que el incremento de la temperatura en la tierra no sea superior a 2º C. Para 2050 estas necesidades de reducción tendrán que aumentar más: entre el 60 y el 80%. Y para conseguir estos objetivos evidentemente será necesario mejorar la eficiencia energética pero también cambiar el estilo de vida de las personas en los países más industrializados, así como mejorar las prácticas empresariales y sobretodo acometer cambios estructurales en infraestructuras.

Según un estudio de estudio del ETNO-WWF, Saving the climate @ the speed of light se puede conseguir un ahorro de 50 millones de toneladas de CO2 por año por uso de las TIC hasta 2010 a través de la popularización de reuniones virtuales, de la desmaterialización (convirtiendo productos en servicios, en la medida de lo posible) y facilitando la flexibilidad laboral. En este contesto ha definido un roadmap (ver figura).

La popularización de las reuniones virtuales permitiría la reducción de alrededor de 24 M toneladas de CO2/año (estos datos se han calculado si el 20% de los viajes de negocios en la UE-25 son remplazados por soluciones que no requieren desplazamientos). Por otro lado, las medidas de flexibilización de trabajo también apoyarían esta reducción: si el 10% de trabajadores de la UE-25 tuvieran un sistema de trabajo flexible, ahorrarían al año 22,17 M de toneladas de CO2 por año.

Otro efecto importante vendría de la mano de la desmaterialización. Gracias a convertir productos en servicios sería posible reducir aproximadamente 4 millones de toneladas de CO2/año. Se estima que en 2020 se ahorrará, en el mejor de los casos, el 50% de la energía usada en procesos de fabricación de la UE gracias a la posibilidad de las TIC de utilizar funcionalidades de un producto sin tener que adquirirlo. Algunos ejemplos: adquirir y descargar 56 minutos de música en Internet (sin grabarla en un CD) supone un 62% menos de consumo de recursos que adquirir un CD en un comercio tradicional. El contestador en red en el 20% de los hogares de la EU-15 reduciría en 1 millón de toneladas las emisiones de CO2 al año y las facturas de teléfono online en los hogares de 10 millones de clientes reducirían 10.942 toneladas de CO2 por año.

El transporte representa aproximadamente el 24% de las emisiones de CO2 y de éstas un 84% provienen del transporte por carretera. Las emisiones siguen siendo crecientes a pesar de las mejoras técnicas incorporadas en los vehículos. El uso de las TIC puede tener importantes repercusiones en este entorno, por ejemplo en el control del tráfico y las congestiones y por supuesto y en relación con todo lo comentado anteriormente, reduciendo la demanda de desplazamientos, facilitando el acceso a servicios sin necesidad de desplazamiento físico, a través del control remoto de instalaciones, el teletrabajo, el comercio electrónico, la educación a distancia, la teleasistencia, etc.

El impacto de las TIC en el desarrollo sostenible será mayor en la medida que los cambios que favorezcan sean estructurales, lo que conllevarán cambios en la sociedad, en la manera en la que vivimos, compramos o nos relacionamos. Cambios que impactarán en el modelo de sociedad y que ayudarán a que sea posible un modelo de desarrollo sostenible. Con estos cambios nos estamos refiriendo a la incorporación de las TIC como un elemento más en el diseño de los productos, servicios o conceptos. Por ejemplo, en el caso de los viajes de empresas, tiene sentido que en vez de un departamento de viajes en las empresas haya un departamento encargado de gestionar las reuniones para que estas se hagan de la manera más eficiente posible, ya sea a través de un viaje o utilizando las TIC para hacer una video-conferencia o una audio-conferencia.

La incorporación de las TIC no solo ayudará a la reducción de emisiones de CO2 sino que incrementará la innovación, el binestar, la equidad y la competitividad… pero eso ya será objeto de otro post.

Fuente: lacofa.es

 

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