La cultura amazónica peligra por el cambio climático

(Soitu.es) 'Natutama' en lengua Tikuna significa "la vida debajo del agua", y da nombre a una Fundación ubicada en Puerto Nariño, en el Amazonas colombiano. Las historias y leyendas de los sabios abuelos de la zona se integran en este centro con los estudios biológicos y ecológicos que realizan sobre la vida del río. De este modo, ciencia moderna y sabiduría popular se dan cita en las originales y rústicas instalaciones de su museo de educación ambiental.

Como cuenta Sarita Kendall, administradora del centro, "las culturas amazónicas, como la Tikuna, guardan en sus relatos los fundamentos de una cosmovisión propia íntimamente influenciada por la exuberante vida de este río y sus selvas". La Fundación Natutama, que cuenta con un estupendo equipo conformado por dos biólogas, una artista plástica y varios jóvenes talladores en madera de la comunidad Tikuna que actúan como guías, da a conocer ese misterio viviente que habita en la región. Todo a través del diálogo de saberes entre la memoria ancestral de cientos de años de interacción del río como fuente de vida, el ser humano como guardián y el conocimiento propio de la biología.

Así sabemos que los peculiares animales que habitan en el Amazonas son parte de la historia de las comunidades guardianas: el delfín rosado, un mamífero hermano del marino pero que alcanza los 2,80 metros de longitud y 180 kilos de peso, el manatí, otro mamífero confundido en ocasiones con sirenas y que tiene una apreciada carne que lo ha llevado a estar muy amenazado como especie; el pirarucú, el pez más grande del mundo; las pirañas; los delfines grises... y los hombres delfín que, en tiempos de nuestros antepasados, enamoraron a las mujeres de la Tierra para poblar el mundo que hoy conocemos; o las sirenas, que cuidan a los peces y molestan a los hombres que pescan en lugares u horas indebidas.

bosques talados

Pero este magnífico ecosistema y toda la riqueza cultural que lo rodea están en riesgo de desaparecer, según los estudios científicos presentados en la última cumbre de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Un 85% de los bosques amazónicos desaparecerían si siguen sin controlarse con fuerza las emisiones de gases de efecto invernadero y la temperatura aumenta 4ºC. Y es que nueve de cada diez científicos no confían en que los esfuerzos políticos vayan a poder limitar el calentamiento global a 2ºC, según revela una encuesta realizada por el diario británico 'The Guardian'. Pero, por desgracia, hasta un aumento moderado de la temperatura podría producir una pérdida irreversible de un tercio de la superficie de este territorio en los próximos 100 años.

Los científicos estiman que el aumento de la temperatura media global está reduciendo las precipitaciones en la región amazónica lo que provoca sequías locales y el colapso del sistema de raíces de los árboles, que caen produciendo áreas muy susceptibles a los incendios. Se produce un círculo vicioso en el que la menor disponibilidad de agua provoca que menos cantidad pase a la atmósfera desde la vegetación —por evapotranspiración— haciendo disminuir a su vez la lluvia. Como nos cuenta Mario, miembro de la comunidad de San Martín, es en días de grandes tormentas cuando los gusanos bajan de los árboles hacia el río y se transforman en manatíes o delfines alimentando así la población de "el mundo debajo del agua", que también estaría en peligro por las cada vez más recurrentes sequías.

Este círculo de destrucción es crítico porque los bosques tropicales son muy productivos y densos en su contenido en carbono. Como nos comenta Liliana, guardabosques del Parque Nacional de Amacayacu, "los efectos del cambio climático son patentes en el Amazonas y su destrucción liberaría el carbono almacenado en el bosque a la atmósfera convirtiéndose en una fuente muy significativa de este gas de efecto invernadero". De este modo, el efecto invernadero se aceleraría, así como el cambio en los balances energéticos de la superficie de la Tierra. De ahí que el aumento en la temperatura provoque un efecto multiplicador parecido al que se espera de la liberación del carbono almacenado en los hielos árticos con su derretimiento.

Amazonia

Así es como nosotros podremos ver el fin de cientos de años de convivencia y diálogo entre las 135 culturas amazónicas ancestrales y el río más largo y caudaloso del Planeta. Y como las leyendas de Natutama, del "mundo debajo del agua", pasarán a ser cuentos para que nuestra imaginación vuele sin miedos en un mundo en el que una crisis del sistema financiero cubrió cualquier intento de poder contrarrestar una degradación ambiental sin precedentes a escala planetaria. Esperemos que, de aquí a la toma de decisiones en diciembre en Copenhague, más voces se eleven pidiendo una respuesta efectiva para uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta la humanidad.

Fuente: por Piedad Martín en Soitu.es (cc)

Fotos: 1 de la galería de jean-pierre jeannin y 2,3 de la galería de leoffreitas, en Flickr (cc)

Temas relacionados: 

Comenta en Facebook