En el marco de la Cumbre de Cambio Climático de Poznan (11-08), la Oficina Regional del PNUMA presentó el informe, “Cambio Climático en el Caribe y el Desafío de la Adaptación”, el cual señala que “la afectación en la salud de la población provocado por las consecuencias de los fenómenos meteorológicos extremos; pérdida de los bosques de manglares en Cuba; constatación de que la mayoría de los desastres naturales han estado relacionados con el clima, y que un acortamiento de la temporada en el cultivo de caña de azúcar en Guyana se traduciría en una aceleración de la maduración y reducción del rendimiento en un 29,8 por ciento”.
La publicación fue elaborada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en colaboración con la Comunidad del Caribe y Mercado Común (CARICOM), y busca contribuir al diálogo entre las personas encargadas de formular las políticas y la comunidad científica, a fin de elaborar un programa más vigoroso sobre el cambio climático, maximizar las oportunidades y enfrentar las amenazas y los riesgos derivados de los posibles cambios climáticos.
Asimismo, el estudio destaca tendencias del cambio climático, su impacto en particular sobre los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo del Caribe (SIDS) y los esfuerzos para responder a estas tendencias.
Tomando información de diversas fuentes de profundo conocimiento sobre la materia, como por ejemplo, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el informe habla de un futuro de creciente vulnerabilidad para el Caribe Insular
Así, se especifica que la salud se vería afectada por fenómenos meteorológicos extremos: un aumento de las enfermedades transmitidas por insectos y roedores (por ejemplo, el dengue, la leptospirosis, la malaria y la fiebre amarilla), enfermedades transmitidas por el agua, incluida la esquistosomiasis, el cólera y cryptosporidium; enfermedades transmitidas por alimentos, entre ellas la diarrea, intoxicaciones alimentarias, salmonelosis, fiebre tifoidea, enfermedades respiratorias como el asma, la bronquitis, infecciones respiratorias, alergias y desnutrición como resultado de la producción de alimentos o por interrupciones en los canales de distribución.
También se señala que 3% de los bosques de manglares de Cuba se perderían con una subida de un metro del nivel del mar. Se prevé que semejante aumento en el nivel del mar podría ocasionar el colapso total de los humedales y manglares de Puerto Royal, Jamaica, debido a que este sistema ha demostrado poca capacidad para migrar en los últimos 300 años. Un aumento de 50 cm. del nivel del mar podría resultar en la pérdida del 60 % de las playas en algunas zonas de Granada.
El informe también señala que se ha producido una notable tendencia al alza en las pérdidas, especialmente en las dos últimas décadas. Así, se puntualiza que la mayoría de los desastres naturales del último tiempo han estado relacionados con el clima, entendidos estos como inundaciones, sequías, deslizamientos de tierra y huracanes.
Como ejemplo de lo anterior, se hace mención del huracán Dean (agosto de 2007) que causó 42 muertes –39 directas, 3 indirectas— y daños por cerca de 3,800 millones de dólares, que han afectado a Santa Lucía, Martinica, Dominica, Puerto Rico, República Dominicana, Haití, Jamaica, las Islas Caimán, Belice, México y algunas regiones de América Central.
El texto del PNUMA y CARICOM puntualiza, además, que los efectos del cambio climático en el Caribe podrían suponer un acortamiento de la temporada de cultivo de la caña de azúcar en Guyana que se traduciría en una aceleración de la maduración y reducción del rendimiento en 29,8 por ciento. En San Cristóbal y Nieves, el clima se tornaría demasiado seco para la agricultura de secano, la cual llegaría a ser económicamente inviable y la productividad decaería en 20 por ciento en San Vicente y las Granadinas.
Actuar de manera inmediata
El informe, sin embargo, entrega luces de cómo poder enfrentar estos escenarios, así, en el capítulo final “Hora de actuar de manera concreta y concertada”, identifica cuestiones claves que deben tratarse con urgencia para hacer frente al cambio climático: la inmediata inclusión de medidas de mitigación y adaptación en las estrategias, programas y acciones para el desarrollo; una mayor atención a la energía renovable y a las tecnologías de alto rendimiento energético; la reducción de las emisiones y el aumento de la independencia energética; el uso del incipiente mercado de carbono; y el desarrollo de evaluaciones de la vulnerabilidad y la adaptación.
Anteriormente, el capítulo I: “El impacto del cambio climático y la región del Caribe”, ofrece un panorama general del cambio climático en los SIDS del Caribe, teniendo en cuenta la característica general de la región.
El capítulo II: “Los SIDS, la región del Caribe y el marco político internacional para el Cambio Climático”, resume una hoja de ruta de cómo el debate acerca del cambio climático y los SIDS evolucionó internacionalmente y en la región, desde el Programa de Acción de Barbados, la Estrategia de Mauricio para la ulterior implementación del Programa de Acción para el desarrollo sostenible de los SIDS, la CMNUCC y el Protocolo de Kyoto, hasta el proceso de negociación posterior a Kyoto.
En tanto, el capítulo III: “Una respuesta a las necesidades relacionadas con la vulnerabilidad y la adaptación en el Caribe”, se centra en la capacidad de respuesta de la región, comprendida la disponibilidad de metodologías y herramientas para la evaluación de la vulnerabilidad y adaptación, el examen de los escenarios regionales, los principales proyectos e instituciones involucradas.
Fuente: ecoportal.net
Comentarios
La realidad es más dura que lo que se aprecia
Países insulares como la República Dominicana ha sufrido y sigue incrementandose elemento de orden climático muy severos para la vidaen general.Zonas como el Suroeste del país muestran alevación de aguas costeras y aguas interiores, como el Lago Enriquillo como una ssecuela, que aunque en el país no se ha prestado atención se debe a los elevados niveles marinos que subterraneamente hacen su trabajo en una franja del canal que atravieza la isla desde la Bahía de Neyba, hasta practicamente el Lago Sumatre en haití, el cual también presenta los mismos lementos preocupantes.
De la misma forma elementos estudiados en los ecosistemas montañosos apreciamos, por etsudios realizados un incremento en niveles d eerosión y sobre todo en efectos secuenciales de pérdida de Biodiversidad.
Demetrio Miguel Castillo